
Lago Kandawgy, en Pyin Oo Lwin
Terminábamos nuestra anterior aventura en Hsipaw, esperando el tren que nos llevaría a Pyin Oo Lwin (o Maymyo) en un viaje de más de 6 horas que atraviesa el precioso entorno de la provincia de Shan, incluidos los 700 metros del viaducto de Gokteik, a 97 metros de altura.
Fue, sin duda, un viaje de vértigo y no sólo por el tramo del viaducto y porque este tren se zarandea violentamente durante casi todo el trayecto, sino también porque compartimos el banco en clase ordinaria con un chico que, a pesar de sufrir un severo retraso mental, viajaba solo y a mitad de viaje le dio lo que creemos que fue un ataque epiléptico, sin que a absolutamente nadie del tren le importara lo más mínimo.
El chico temblaba y, con los ojos en blanco, escupía baba ensangrentada. No podíamos tumbarle en el suelo, ocupado con paneles de madera y sacos de comida entre los que correteaban traviesos ratones que viajaban de polizón. Intentamos despertar incrédulos y sin éxito al personal del tren, que se estaba echando una siesta en el banco de detrás de nosotros (levantaron la cabeza, pero con un gesto de molestia, se volvieron a echar) y sólo un chico que viajaba al lado intentó ayudarnos, pero sin saber tampoco qué hacer.
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