Melbourne, bye bye Australia!
Melboune, igual que la cosmopolita Sidney, es una ciudad moderna, con grandes edificios, cuidados e inmensos jardines y un agitado movimiento cultural que se palpa en el ambiente; sin embargo, no nos impresionó tanto (no era tarea fácil).
Cuenta con un centro muy agradable para pasear, el río Yarra lo abraza por el sur hasta encontrarse con el mar al oeste en el cosmopolita barrio de Docklands (donde se encuentra el puerto deportivo). Desde allí se puede tomar el histórico City Circle, un tranvía GRATUITO (increíble pero cierto) que hace un recorrido circular alrededor del centro, para volver a la comercial calle Swantson y ver edificios como la Biblioteca Pública (wi-fi gratis en el interior), el Town Hall (ayuntamiento) o St. Pauls Cathedral, hasta el modernísimo espacio de conciertos y eventos públicos de Federation Square (Plaza Federación).
Cruzando el río hacia el sur visitamos otros edificios de interés cultural como el Hamer Hall, el State Theatre, la Galería Nacional de Arte de Victoria y el imprescindible Jardín Botánico.
Al este no hay que perderse el Treasury Building, el Parlamento y los jardines Fitzroy (Cooks Cottage incluido). Al norte de este parque queda el barrio de Fitzroy (con la calle Brunswick como eje principal), una especie de Brick Lane londinense lleno de tiendas vintage de segunda mano, cafeterías de productos orgánicos, comercios de muebles retro y demás negocios dirigidos a puros hipsters (modernos).
En Melbourne nos alojamos con Andrew, un granjero experto en deliciosas ensaladas que nos ofreció su casa a pie de playa en Edithvale a través de couchsurfing. Como Edithvale está a una hora del centro de Melbourne en tren, pensamos quedarnos un par de días y mudarnos luego a un albergue en el centro; pero Andrew es tan majo y su casa tan increíblemente acogedora que nos quedamos toda la semana.
En casa de Andrew coincidimos con Angelie, una chica colombiana recién mudada a Melbourne que también conoció a nuestro anfitrión a través de couchsurfing, así que, además de ahorrar unos dólares (que nunca viene mal), en Melbourne tuvimos la mejor compañía posible. (¡Gracias chicos!)
Pasada la semana estábamos tan acostumbrados a vivir en Edithvale con Andrew y Angelie que fue un poco duro decir “hasta pronto¨, pero teníamos los billetes y las ganas de volar hacia el calor de Indonesia. Selamat datang ke Bali!*
*En bahasa indonesia: ¡Bienvenidos a Bali!
¿Ya os acordais de lo qué habeis visto al principio? Todo precioso cada cosa diferente,pero vaya cabecica para que todo se quede en la retina.
Hay cosas que se nos empiezan a olvidar y es que son muchos sitios, palabras nuevas, platos nuevos…
menos mal que llevamos el blog porque si no…
A mí me hace una ilusión enorme poder visitar Australia…así que me ha encantado también lo que comentáis sobre Melbourne…pero con la marcha que lleváis…ya nada os puede sorprender! Muy guay…la verdad!
Pues nos siguen sorprendiendo cosas y es que en el mundo hay de todo
Australia genial, te la recomendamos aunque sólo hayamos ido a Sidney y Melbourne.
Saludos!
Ciudad preciosa, de las que a mi me gustan y además zonas verdes. Me encanta. Besitos
Paula: pero si tienen amigos por todo el mundo!
Jajaja y si no, !los hacemos!