Los arrozales de Banaue y Batad
Después de los días de snorkel, playa y calor de la impresionante isla de Palawan volamos a Manila para coger el bus nocturno a Banaue, que queda a unas 7 horas al norte de la ciudad. Banaue es la base para visitar las verdes terrazas de arroz de Batad y hacer trekkings por las verdes montañas que las rodea. A pesar de la paliza de esperar en Manila todo el día hasta las 21 y de las casi 10 horas de bus hasta llegar, el viaje mereció sin duda la pena.
Cuando llegamos a Banaue por la mañana la recepción fue surrealista. Para empezar, el bus te deja en la oficina de turismo y no en la ¨estación¨ (que queda a unos 10 metros de distancia) donde unos 10 filipinos vestidos con camiseta naranja prácticamente te empujan para que entres y te registres (esto es, para que pagues 20 pesos por visitar el pueblo) y para que, tal cual te lo dicen, compres tu tour.
Antes que nada queremos advertir que en Asia, en general, cualquier oficina de turismo que encuentres es de todo menos ¨objetiva¨, es decir, no sabemos si dependen del gobierno o si son oficiales o qué, pero todas funcionan como agencias de viajes en las que te venden sus servicios. Es por esto que cuando pides información para hacer las cosas por tu cuenta la mayoría de las veces te van a dar información equivocada, como por ejemplo que sólo hay un bus público al día o que los precios de los servicios son más caros que contratando con ellos. Os recomendamos que antes de viajar a un sitio leáis muchos blogs de gente que ya haya estado allí.
En este caso no es que nos dieran información falsa, pero cuando vieron que yo les preguntaba por el jeepney local para ir a Batad esquivaron la pregunta haciendo un ridículo teatrillo sobreactuado sobre lo estupenda que es la excursión que te hacen ellos de un día a Batad por 600 pesos. El caso es que hay un jeepney por 100 pesos que sale a las 15 (en teoría, suele retrasarse) que te lleva a la zona que se conoce como ¨saddle¨, que es lo más cerca que se puede llegar a Batad en vehículo. Luego hay que hacer sí o sí una caminata de 40 minutos hasta Batad (es lo mismo aunque hagas la excursión programada).
En estos momentos están construyendo una carreteta que en un futuro conectará con Batad directmente, pero no sabemos cuándo será eso y la verdad es que creemos que hacer el pueblo más accesible contribuirá a que pierda parte de su encanto (a ellos les ayudará bastante porque ahora todos los productos los llevan hasta el pueblo a cuestas, una locura).
Como eran las 8 de la mañana, la idea de esperar hasta las 15 después de la paliza que llevábamos encima no nos parecía nada atractiva así que regateamos por un triciclo que nos llevó hasta el mencionado ¨saddle¨ por 300 pesos los dos (4,90€). Desde allí nos aventuramos con las mochilas a cuestas en este mini trekking que empieza bajando 412 escalones de tosca piedra (lo bueno es que a la ida es todo de bajada, el día de la vuelta fue más durillo). Es curioso que a pesar de lo inaccesible del sitio hay electricidad las 24 horas (aunque no hay internet ni cobertura de móvil) a diferencia de Palawan.
Cuando llegamos a la zona de alojamientos descubrimos por qué estas terrazas son tan célebres. Las vistas del profundo y verde valle escalonado por las terrazas y salpicado por las casitas del poblado nos dejó sin habla. Por fin respirábamos el aire fresquito de la montaña y nos dejamos inundar por la tranquilidad, un gustazo. Para entrar a Batad tuvimos que pasar por caja de nuevo. Esta vez fueron 50 pesos por entrar y aunque ya sabéis lo que opinamos de que se cobre a los turistas por entrar a un pueblo, nos pareció un paisaje de cuento así que no le dimos importancia.
Preguntamos en tres sitios y al final decidimos quedarnos en el hostel de la señora Rita que nos dejó una habitación con vistas a las terrazas (casi todos los alojamientos tienen bonitas vistas) por 440 pesos la noche (7,17€) y era el único sitio que tenía mosquiteras.
Pasamos la tarde admirando el paisaje y descansando. Al día siguiente, con calma, fuimos a pasear por los arrozales y seguimos hasta la cascada que hay a unos 30 minutos tras una caminata algo durilla (hay bastante desnivel y las rodillas sufren un poco). Nos dimos un refrescante baño que nos cargó de nuevo de energía para el camino de vuelta, durante el cual descubrimos un alojamiento en casa de un nativo de la zona que tiene habitaciones entre 200 y 400 pesos que se llama Ramon´s Native Homestay and Restaurant y en el que puedes ver al señor Ramon vestido con la indumentaria típica de los pobladores nativos de la zona. Nosotros fuimos sólo a comer.
Descansamos nuestras piernas después del esfuerzo hasta el día siguiente, ya que tocaba volver a Banaue a pasar el día y esperar al bus nocturno. Nosotros habíamos comprado el billete de vuelta al llegar, es mejor no esperar a última hora porque sólo hay un par de buses al día y van llenísimos.
El bus salía a las 19 pero preferimos salir de Batad después de desayunar por si nos costaba encontrar medio de transporte para volver desde el ¨saddle¨ (no nos costó nada regatear por un triciclo, de nuevo por 300 pesos) y dedicamos el resto del día a pasear por Banaue hasta que fuimos a esperar a la estación, que resultó servir también de karaoke donde se juntan los chavales del pueblo por las tardes a beber y cantar. Allí estuvimos charlando con el conductor de triciclo que nos había traído de vuelta de Batad que, con las cervezas de más, nos adoptó como sus ¨hermanos¨ y nos pidió los teléfonos para llamarnos cuando venga a España.
Nos subimos al que pensábamos que era nuestro autobús pero que en realidad era un congelador en el que no hubo forma de pegar ojo y a las 5 de la mañana nos plantamos de nuevo en Manila, esta vez para pasar nuestros últimos 3 días en Filipinas en casa de Froezenesher, nuestra anfitriona de couchsurfing. Os contaremos qué tal nos fue por la capital Filipina en el próximo artículo. ¡Hasta pronto!
Acabo de leer los ultimos tres “post”. Los paisajes me parecen impresionantes.Efectivamente, dan ganas de ir a esos sitios. Me alegro que sigais con vuestras aventuras y experiencias y me imagino que a Erik a veces le resultará dificil hacer su trabajo “on line”
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Vaya vistas tan bonitas. Me han parecido impresionantes.
Pero de verdad de verdad lo que más me ha impresionado es la estación de autobuses de Banaue. Madre mía si llega una tormenta y la tira. ja,ja,
Veo que vuestra ruta sigue perfecta. Cuidaros mucho y ya tenemos ganas de veros. Besos.
Jajajaj nos hemos acostumbrado con el tiempo a todo tipo de cosas y se nos olvida lo chocante que pueden resultar en España, como el tema de la estación de bus que, aunque no lo creas, no es la peor que hemos visitado
Besos!
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Yo quiero estar ahí! Qué bonitas fotos de los arrozales!
Los arrozales en terraza son muy chulos y es un sitio muy tranquilo, tiene el encanto de los sitios a los que no es fácil llegar
¡Un abrazo!
Hola chicos!! En primer lugar, me gustaría mucho agradeceros la gran ayuda que supone vuestro blog para la organización de mi viaje a Filipinas de este verano.
He leído el post en el que hablais de Banaue y Batad, y quería preguntaros qué hicisteis vosotros con las mochilas del viaje, ya que entiendo que es una locura ir cargados con ellas durante toda la caminata.
Gracias.
Hola Lorena. Nos alegra un montón que sirva de ayuda
Como dices es un poco locura llevar las mochilas a Batad, pero eso es precisamente lo que hicimos nosotros jeje
Te recomendamos que intentes dejarlas en algún albergue de Banaue.
¿A qué otros lugares de Filipinas irás?
Saludos