El Taj Mahal en Agra, un palacio por amor

17 diciembre, 2013 a las 12:10
taj mahal desde entrada sur

Típica foto del Taj Mahal pero sin agua :(

El tren a Agra salía a las 7:05 de la estación de Jaipur, así que era todavía de noche cuando dejamos nuestra habitación ¨deluxe¨ y nos despedíamos del amable conserje. Por suerte estábamos a 5 minutos de la estación y, a diferencia de la estación de Udaipur, los letreros luminosos que anuncian la salida de los trenes funcionaban perfectamente, así que enseguida nos plantamos en el andén número 2 a esperar, como siempre, junto a una multitud de gente que por cómo se acomoda (con cojines y mantas durmiendo en el suelo) y la cantidad de bultos que la rodea, parece llevar años esperando su tren.

El tren salió puntual, como de costumbre (hemos oído que los trenes indios se retrasan mucho, pero en los 8 trayectos que hemos recorrido hasta el momento la puntualidad ha sido casi británica. Quizá hemos tenido suerte). Una vez sentados en nuestros asientos nos llevamos la grata sorpresa de que nos servían el desayuno gratis y nos daban una botella de agua ¡menudo lujo! (es lo que tiene contratar con una agencia de dudosa fiabilidad, que no sabes dónde te va a tocar, jejeje)

Tres horas después estábamos ya en Agra, la estación queda lejos del centro (donde está el Taj Mahal) asi que cogimos un tuk-tuk por 50 rupias (0,60€) hasta el hotel que habíamos mirado por internet: el Sai Palace, un hotel con vistas al Taj Mahal desde la azotea (como casi todos en Agra) y a 2 minutos caminando del impresionante monumento.

vistas taj mahal

Vistas desde la terraza del hotel

Casi todos los hoteles (al menos los más económicos) se encuentran en los alrededores de la puerta Sur del Taj Mahal, en el barrio conocido como Tag Ganj. Elegimos una habitación doble por 400 rupias (4,76€) y nos sorprendió la organización del sitio: nos hicieron rellenar el check-in, el libro registro de recepción, nos dieron el recibo, nos hicieron firmar las fotocopias del pasaporte, un papel como que no íbamos a usar internet con fines ilegales, un documento conforme nos devolvían los pasaportes… en fin, que seguimos toda una serie de burocráticos pasos que no dejaban ni un cabo suelto. Para ser India nos quedamos de piedra.

collage agra india

El primer día lo dedicamos a pasear por el barrio Tag Ganj, por nuestra experiencia, mucho más agradable que pasear por Jaipur, a pesar de que las motos tampoco escasean en esta ciudad, al igual que los búfalos, los niños que se acercan a darte la mano y pedirte chocolatinas o bolígrafos (son unos golfillos, pero son simpáticos), las mujeres con sus sarees de colores… en definitiva, el mismo ambiente que ya hemos descrito en otras ciudades de la India.

fuerte de agra

A la entrada del Fuerte de Agra

Nos acercamos al Fuerte de Agra, lo vimos por fuera porque decidimos que ya habíamos visto suficientes fuertes en Jodhpur y Jaipur (y de mejor calidad además). Nos subimos en el rikshaw de un señor mayor muy amable que nos dio bastante pena y que nos había prometido llevarnos a un sitio a ver el mejor atardecer de Agra, pero el hombre (que no podía ni con su alma al pedalear) nos dejó en un descampado por el que se supone que teníamos que continuar a pie… la zona no era que digamos muy segura, había asentamientos de tipo chabolistas y no nos inspiró mucha confianza, así que preferimos no aventurarnos mucho entre los matorrales que no se sabe adónde llevaban, todo por ver un atardecer. Nos volvimos caminando al hotel.

Después de cenar en un sitio local con deliciosa comida y la malsana costumbre de intentar quedarse el cambio con diversas artimañas, nos fuimos a dormir. Al día siguiente nos esperaba una de las 7 maravillas del mundo moderno.

Después de desayunar tranquilamente (nuestro tren salía por la noche, no teníamos prisa alguna) pagamos la desproporcionada cantidad de 750 rupias por la entrada de turista al Taj Mahal* y contratamos a un guía ¨oficial¨, ya que pensamos que el lugar lo merecía (os avisamos de que la palabra ¨oficial¨ en India no siempre es sinónimo de ¨calidad¨).

Taj Mahal, Agra

¡Por fin estamos en el Taj Mahal!

 

entrada sur taj mahal

Pagamos al hombre (que llevaba 40 años trabajando allí según el carnet que nos enseñó) por un tour de poco más de una hora en el que nos contó pocos detalles más de lo que ya habíamos leído en la guía, en un inglés que empeoraba por momentos, y lo cierto es que estaba más preocupado por sacarnos buenas fotos que por enseñarnos el Taj (suponemos que esperando una propina por el servicio fotográfico). Al acabar el fugaz recorrido (en varias ocasiones le tuvimos que pedir que bajara el ritmo), se fue corriendo a ver si podía hacer unos cuantos tours más ese día…

El precio eran 375 rupias (4,47€), aunque se quiso quedar el cambio del billete de 500 con el que le pagamos. Como ni se nos había pasado por la cabeza dejarle propina, le pedimos que nos diera los 125 rupias restantes, de las que sólo nos dio 100 (por 25 rupias no íbamos a discutir, pero le echan un morro…)

Consejo: en cualquier monumento en India (o Asia en general), si podéis elegir y queréis un guía, pagad una audioguía que podáis escuchar tranquilamente a vuestro ritmo. Si queréis un guía, que sea recomendado y comprobad que habla bien el idioma antes de hacer el tour. Muchos guías que hemos oído nosotros no hablan bien inglés (aunque sean oficiales) y muchísimo menos español, aunque se te presenten diciendo ¨Hola Cocacola¨ con soltura y desparpajo. Pagar por no entender nada de la explicación es absurdo.

Cuando el guía se fue, nos quedamos un par de horas más paseando por los jardines contemplando el Taj Mahal. Aunque era sábado y había bastante gente, pudimos disfrutar del lugar sin agobios (incluso al entrar al mausoleo).

taj mahal

Torre Taj Mahal

Colas para entrar al interior del mausoleo

parte norte del Taj Mahal

El Taj Mahal es un edificio verdaderamente sorprendente y bonito, sobre todo por la historia y las leyendas que rodean su construcción aunque, a nivel arquitectónico, creemos que en India hay edificios de mucho más valor.

Tras esta visita tan especial, comimos en la azotea del hotel Shianti, cerca también de la puerta sur. La comida está muy buena y creemos que tiene las mejores vistas del Taj Mahal. Allí esperamos a ver como el sol, cada vez más débil, acariciaba el blanco mármol del mausoleo, hasta que lo cubrieron las sombras.

Nuestra visita a Agra tocaba a su fin, recogimos las mochilas del guesthouse y fuimos a la estación a coger el tren a nuestro siguiente destino, Varanasi, la ciudad más espiritual de India.

Taj Mahal, atardecer

Taj Mahal, al atardecer desde el Shianti

 

* Hace unos días publiqué en Facebook un comentario sobre lo injustos que nos parecían algunos precios para turistas en India. El comentario creó una indignación alarmante porque al parecer di a entender que nos estabámos quejando, por un lado, de pagar más que un local (cosa que nos parece de lo más normal, de hecho, creemos que un local no debería pagar) y por otro, de pagar 9€ por entrar al Taj Mahal, cosa que tampoco es cierta (del todo).

Queremos replantear el tema para tratar de explicar mejor algo que quizá no es tan evidente para alguien que no ha estado largas temporadas en países extranjeros en los que circula una moneda más baja que el euro.

Partimos de la base de que cambiar los precios a euros es un ERROR, básicamente porque 9€ en España y 9€ en India (por ejemplo) no tienen el mismo valor y que en España sea un precio normal, en India no lo es. Si viajas a un país de Asia, África, Sudamérica… y todo lo pasas a euros en vez de pensar en moneda local, te la van a colar siempre.

Como ya comentamos en nuestro artículo sobre el arte del regateo, tampoco consiste en fustigarse cada vez que pagas unos céntimos de más, porque esos céntimos que para ti no suponen nada (sobre todo si estás de vacaciones 15 días) quizá son el sustento de un día de toda una humilde familia. Cuando esos céntimos de más van a parar al bolsillo de un timador o de un gobierno ineficaz, entonces nosotros sí que nos cabreamos.

Una vez aclarado lo de pensar en moneda local, vamos a replantear el tema: si comer en India cuesta 100 y dormir cuesta entre 150-200 (hablamos del norte) ¿no es una barbaridad pagar 750 por entrar a un monumento? Si lo queremos pasar a euros habría que hacer la siguiente relación: en Madrid un hotel cuesta 40€, entrar al Prado para los turistas debería costar, en proporción, más de 120€.

No estamos comparando el nivel de vida de una persona india con un turista ni nos estamos quejando por pagar 9€ por el maravilloso Taj Mahal, simplemente nos parece injusto que el gobierno (que por cierto, permite que un alto porcentaje de su pueblo viva en condiciones inhumanas) envíe el mensaje de que lo normal es que los turistas paguemos 37 veces más que un local, porque luego, en las zonas turísticas, es lo que mamas, todo el mundo intentará cobrarte 37 veces más porque eres el ¨turista¨ (todos en el mismo saco) y no siempre lo intentarán con buenas intenciones. Lo bueno a pie de calle es que se puede regatear y la decisión final de comprar o no, divertirte o enfadarte, está también en tus manos…

En definitiva, no nos quejamos del precio, ni de pagar más, nos quejamos de la desproporcionada imagen de ¨carteras llenas¨ con la que se nos ve a los turistas, porque, simplemente, algunos turistas tenemos las carteras menos ¨llenas¨ que otros.