Viena: bonito reencuentro entre edificios titánicos

30 agosto, 2015 a las 14:10

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Nos tocó visitar Viena, una de las capitales más antiguas del viejo continente, en medio de una ola de calor que sacudía Europa entera. Así que tuvimos que combinar su centro histórico (Patrimonio de la Humanidad), el precioso palacio de Schönbrunn, los jardines del Belvedere, la Ópera… con otras refrescantes actividades, como un día de baño en el Danubio.

Día 1:

Salimos de la estación de Nepliguet (es la estación de bus internacional) en Budapest a las 11:30h con la compañía Eurolines (19€) y llegamos a las 14:30 a las estación U3 Erdberg de Viena. Junto a un impresionante calor, nos vino a buscar Llum, una amiga viajera de Barcelona que no sólo nos acogió en su precioso apartamento y nos hizo de guía, sino que nos cargó las pilas de energía positiva con su alegría y forma de entender la vida. Good karma Llum!

Descansamos unas horas y aprovechamos que Llum tenía que ir a trabajar para ir a ver los cercanos jardines del Palacio Belvedere, donde pudimos apreciar una primera pincelada de cómo se las gastaba la monarquía del s.XVII a la hora de construir sus residencias de verano. El interior del palacio no es gran cosa, habíamos oído que la decoración interior no merecía la pena así que sólo nos dedicamos a pasear por los jardines barrocos.

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Palacio Belvedere

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Palacio Belvedere

Volvimos a casa paseando por Hochstrahlbrunnen, la Ópera, Karlsplatz (súper animada de noche con cine de verano, restaurantes y gente joven bebiendo en tranquilos grupos) y después de cenar quedamos de nuevo con Llum para ir al Porto Pollo, un bar a orillas del río en la zona conocida como “la isla”, en la parada de Donauinsel U1.

Plaza Hochstrahlbrunnen

Plaza Hochstrahlbrunnen

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Porto Pollo, Viena

 

Día 2:

Al día siguiente después de uno de los buenísimos y animados desayunos que compartimos con Llum, nos fuimos a conocer el centro de Viena: vimos el imponente Palacio Imperial por el que paseó Sisi, así como otros edificios secundarios del palacio convertidos hoy en enormes museos, la Biblioteca Nacional, la catedral de San Esteban, el Ayuntamiento y la zona de los museos, en concreto el Museo Leopold, al que entramos además de por su exposición permanente de Klimt, porque el aire acondicionado nos iba a permitir recuperarnos de los 38º a la sombra que nos acompañaban y que nos habían dejado exhaustos.

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Columna de la peste

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Biblioteca Nacional de Viena

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Museo Mumok, zona de los museos

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Catedral de San Esteban

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Interior de la Catedral de San Esteban

Tranvía de Viena

Tranvía de Viena

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Ayuntamiento de Viena

Después de comer y con el sol poniéndose ya, aprovechamos para ir a ver el Palacio Shönbrunn, el palacete veraniego de los Habsburgo, también conocido como el Versailles Vienés.

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Puerta del palacio Schönbrunn

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Llum y yo en Schönbrunn

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Vistas desde Schönbrunn

Día 3:

El tercer día decidimos hacer algo con lo que evitar el calor, así que por la mañana fuimos al parque de atracciones de Prater (en el distrito de Leopoldstadt), construido en medio de una enorme zona verde. Desprende un ambiente muy especial, porque data de la época del Imperio Austrohúngaro pero cuenta con atracciones de última generación. No hay que pagar entrada al parque sino que se  paga en cada atracción, que cuesta entre 2€ y 4€. Nosotros elegimos subir a las atracciones que tenían que ver con agua, en un intento desesperado de aliviar las altas temperaturas que nos acompañaban desde hacía tres días.

Prater

Prater

Después de comer una típica comida vienesa en el mismo parque, fuimos a Alter Donau, una zona del Danubio habilitada para el baño en la que por 2€, pasamos el resto del día:

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Alte Donau zona de baño

 

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Alte Donau zona de baño

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Alte Danau

Antes de volver a casa, Llum quiso llevarnos a Augarten, un inmenso parque en el que todavía perduran varias torres antiaéreas de la 2ª Guerra Mundial; que se construyeron de tal forma que no han podido ser derribadas. Impresionante.

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Búnkers en Augarten

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Torre antiaéreas en Augarten

El último día que teníamos previsto pasar en Viena lo aprovechamos para ir a la increíble Bratislava, pero eso lo contaremos en el próximo post. ¡Un abrazo a todos!