Singapur, el lujo asiático
Singapur fue un destino inesperado. Andábamos buscando la manera de ampliar la visa de Tailandia y, aunque se trata del país más caro (con diferencia) de sudeste asiático, es de los pocos que no te exigen un visado y unos cuantos dólares para entrar, así que decidimos cruzar unos días la frontera para volver a Bangkok con otros 30 días de visa.
Tengo que reconocer que mi ignorancia respecto a Asia antes de empezar este viaje es bastante vergonzosa y que, antes de que Erik visitara este país/ciudad el año pasado, mi idea de Singapur (que a duras penas podía situar en el mapa) era la de otro caótico país asiático lleno de arrozales y rikshaws.
Sin embargo, es el único país de Asia cuyo idioma oficial es el inglés, su moneda es el dollar, es un paraíso fiscal y cuenta con uno de los centros financieros más modernos, además de uno de los hoteles más célebres del mundo, el Marina Bay Sands, famoso por tener la piscina elevada más larga del mundo en su azotea (Skypark) a 200 metro del suelo. De hecho, este hotel, junto al hecho de que se reanudara la Fórmula 1 en 2007, puso a Singapur de nuevo en el mapa hace 3 años.
Los dos primeros días nos quedamos en un hostel en Little India, un colorido barrio cerca del centro que huele a curry y comino y suena a música hindi, pero las últimas tres noches tuvimos la suerte de alojarnos (bendito couchsurfing) con Dominic y su familia en Tampines, un barrio a las afueras de Singapur donde viven los singapurenses ¨reales¨ y que nada tiene que ver con el lujoso centro de modernos rascacielos.
Nuestra primera noche en la ciudad paseamos por Marina Bay, la zona del distrito financiero cuyo skyline está marcado por el Marina Bay Sands y su Skypark de la azotea, al que sólo se puede subir si eres huésped del hotel, pagando $20 por un tour o gratis subiendo con otro huésped en el ascensor que lleva al Kudeta, el bar que hay en el Skypark al que se puede entrar sin pagar (si no vas en viernes o sábado). Merece la pena echarle un poco de morro para poder ver las impresionantes vistas que hay de Singapur a 200 metros de altura y de noche…
El segundo día queríamos ir al parque de atracciones de Universal Studios (los caprichos de Erik son los partidos de fútbol y peleas de Muay Thai, los míos las montañas rusas) pero resultó que la batalla de montañas rusas (Battle Gallactica) que es la atracción más importante, estaba cerrada así que no merecía la pena pagar el dineral que cuesta entrar y cambiamos el plan por el Aquapark Adventure Cove en el que pasamos un refrescante y divertido día por menos de la mitad de lo que cuesta el Universal Studios ($29 -15% si pagas con Mastercard). El parque está genial para ir con niños, echamos de menos más atracciones para adultos pero aun así lo disfrutamos mucho.
Después del parque quedamos con John, un filipino que lleva viviendo 7 años en Singapur y que nos llevó de paseo por la isla de Sentosa (donde queda el complejo de parques de atracciones etc), Chinatown, la nocturna y animada zona de Clarke Quay y con el que quedamos para ir al día siguiente al Singapore Night Festival, que una vez al año llena las calles de Singapur de espectáculos callejeros, conciertos, proyecciones de video mappin, museos gratuitos abiertos hasta la madrugada… ¡muy chulo!
Detrás de Marina Bay se encuentra otro de los puntos clave de la ciudad: Gardens by the Bay, un futurista parque interactivo y sostenible de lo más curioso que cuenta con jardines verticales, invernaderos con plantas de todo el mundo, talleres de jardinería, centros de interpretación de fauna… por la noche hay un par de espectáculos de luz y sonido pero no merecen mucho la pena la verdad.
En definitiva, Singapur nos parece una ciudad llena de vida, increíble para pasar unos días (5 ó 6 es suficiente) con un moderno centro, impresionantes instalaciones, limpia (ponen multas por absolutamente todo lo que puede resultar incívico ¡como comer chicle!) y segura (no hay nada de paro, por lo que no hay pobreza y la delincuencia es casi del 0%) pero ese Singapur no es el que viven los singapurenses de las afueras, a los que, a pesar del trabajo que da, no les gusta mucho el camino por el que el desarrollo turístico y comercial está llevando a la ciudad y al que achacan el encarecimiento de los precios.
La verdad es que nosotros no sabemos qué pensar porque, es cierto que el barrio en el que estuvimos no tiene nada que ver con el centro, pero a los jóvenes locales, aunque se quejan de que el centro no representa al verdadero Singapur, les encanta ir a la moda, salir de fiesta por los exclusivos bares de Marina Bay y codearse con los turistas y la gente de las zonas VIP de las discotecas, así que vimos una doble moral de la que no sabemos qué conclusiones sacar. Os invitamos a que os acerquéis a Singapur ¡y saquéis vuestras propias conclusiones!
Que maravilla de fotos,cuantos recuerdos os vais a llevar de todos los paises por donde habis pasado.Las explicaciones que haces sobre vuestro viaje me encantan.Seguir disfrutando de vuestro maravilloso viaje.besos
Hija que bonito todo lo que nos enseñais,si que estaís viendo cosas,ya veo que el accidentado va bien,cuidaos,besicos.
Estupendo el relato, las fotografías y Singapur. Qué maravilla estais viviendo. Un beso fuerte
Pero qué viaje estáis haciendo!! increíble!!! Besicosss