Parque Nacional los Alerces y Perito Moreno

28 abril, 2013 a las 21:18

Tras sólo dos días y medio en el Bolsón decidimos continuar hacia el fin del mundo (desde donde teníamos el vuelo a Buenos Aires) así que sacamos de nuevo el dedo a pasear y llegamos a Esquel, junto al Parque Nacional los Alerces.

A pesar de que esta vez necesitamos 4 amables conductores para recorrer tan sólo 200km, llegamos temprano a Esquel, así que decidimos seguir hasta Trevelin, un asentamiento galés que recomendaban mucho en Lonely Planet (consejo: no hacer caso a pies juntillas de lo que dicen las guías de viaje) y, tras recorrer a pie el pueblo en busca de un inexistente alojamiento barato (el único albergue que había cerró hace tiempo) y ver a grandes rasgos lo que ofrecía el pueblo, decidimos volver hacia Esquel y dormir allí. La mejor decisión que podíamos haber tomado porque caímos en el Planet Hostel, un albergue con muy buen ambiente donde compartimos 2 grandes días con grandes personas.

Nada más llegar (de nuevo) a Esquel, sufrimos las primeras consecuencias de la temporada baja: era miércoles y el siguiente autobús al parque nacional no salía hasta el sábado. “¿Qué hacer 3 días en Esquel si no puedes ver el Parque Nacional?” No había mucha opción, así que fuimos a preguntar el precio para alquilar un coche y, sin mucha esperanza, pusimos un anuncio en couchsurfing preguntando si alguien quería venir de excursión al día siguiente y compartir los gastos.

Milagrosamente el mensaje lo leyó enseguida una pareja que estaba cenando fuera pero que dormía en nuestro mismo hostel y les había pasado lo mismo que a nosotros, así que al día siguiente, por el precio que nos habría costado ir en autobús al parque, Oriane, Daniel y nosotros dos pusimos rumbo al Parque Nacional los Alerces.

Se trata de un parque enorme (259 570 ha) que se divide en dos sectores y es famoso por sus bosques patagónicos y de altos Andes, la Pasarela sobre el río Arrayanes y, como no, los Alerces, árboles centenarios en peligro de extinción y muy raros de ver.

Parque Nacional los Alerces

Parque Nacional los Alerces

Parque Nacional los Alerces

Parque Nacional los Alerces

Parque Nacional los Alerces

Parque Nacional los Alerces

Parque Nacional los Alerces

Alerce de 300 años, Parque Nacional los Alerces

Parque Nacional los Alerces

Parada para comer, Parque Nacional los Alerces

Parque Nacional los Alerces

Pasarela sobre el río Arrayanes

Parque Nacional los Alerces

De vuelta a Esquel

Después de un día de senderismo, grandes vistas y buena compañía en un Parque Nacional que tuvimos prácticamente para nosotros solos (algo bueno tienen las temporadas bajas), regresamos al hostel para pasar la última noche antes de continuar el camino, aunque no teníamos muy claro hacia dónde…

La idea era cruzar a Chile por Futaleufú y bajar por la Carretera Austral a dedo hasta la altura de El Chaltén, para cruzar de nuevo la frontera por ahí (este tramo es muy soso por la ruta 40 argentina). Casualmente en el hostel conocimos a dos franceses que habían hecho justo ese tramo viniendo en dirección contraria y les había resultado muy duro porque no habían encontrado casi coches así que, teniendo en cuenta la cantidad de kilómetros de distancia y que no podíamos perder mucho tiempo en ese trayecto, nos decidimos por lo caro pero seguro: un bus de 24 horas directo a Calafate (el bus no paraba en el Chaltén, una pena, porque nos lo hemos perdido), destino: el glaciar Perito Moreno.

Llegamos a Calafate a mediodía con el cuerpo entumecido (aunque mejor de lo que pensábamos después de un día en bus) y nos encontramos de nuevo con una ciudad de madera (Esquel no tenía ese encanto), llena de tiendas de souvenirs y agencias que organizan todo tipo de excursiones por los alrededores.

Nos alojamos en un albergue algo frío en el trato personal, pero que ofrece descuentos para socios de HI (Hostelling International) por lo que tuvimos una ligera rebaja en precio de la habitación y en el autobús al Perito Moreno. Como en casi todos los sitios turísticos del sur de Argentina, no existen buses públicos que lleguen hasta los puntos de interés turístico, así que las empresas privadas aprovechan para poner los precios que les da la gana, en este caso 140ARS (20€ i/v, tarda menos de una hora). Una buena alternativa (mejor aún en temporada alta): el autostop.

Al día siguiente, con los rojizos tonos del amanecer asomando desde el otro lado del Lago Argentino, salimos hacia el Parque Nacional de los Glaciares. De camino encontramos algunas águilas y caranchos desayunando liebre a la orilla del camino, las cumbres de las chilenas Torres del Paine, el Lago Argentino, el Lago Roca… hasta chocarnos de frente con el impresionante glaciar Perito Moreno.

Amanecer en el Lago Argentino, Calafate.

Águilas de camino a Perito Moreno

Águilas de camino a Perito Moreno

La entrada al Parque Nacional cuesta 130ARS para turistas extranjeros (unos 20€, en abril de 2013), la primera parada que hace el bus te deja en el puerto del barco que se acerca hasta unos 300 metros y que ofrece una vista casi vertical del glaciar (es opcional, dura una hora y cuesta otros 90ARS= 14€) y la segunda parada es en la entrada de las pasarelas que discurren frente a la imponente masa de hielo.

Las pasarelas son senderos metálicos por los que uno puede pasear y dejarse impresionar durante horas con el estruendoso sonido de los bloques de hielo que caen del frente del glaciar, provocando oleadas de pequeños icebergs. Una experiencia visual y sonora única.

Perito Moreno frente

Perito Moreno frente

Perito Moreno, en otoño

Perito Moreno

Perito Moreno

Perito Moreno. Como se ve, las pasarelas pasan muy cerquita.

Perito Moreno lateral izquierdo

Perito Moreno lateral izquierdo

Las agencias organizan trekkings por el glaciar pero el precio asciende a más de 110€. Como consejo para bolsillos mochileros: ir al Chaltén, disfrutar de los glaciares y el pico Fitz Roy (no hay que pagar entrada) y, si se quiere hacer trekking por el hielo, allí salen más baratos. Pasear por las pasarelas es lo suficientemente impresionante como para no necesitar caminar sobre el Perito, pero claro, es una opinión totalmente subjetiva.

Con los pelos de punta todavía después de la experiencia, al día siguiente seguimos camino hacia Punta Arenas, en Chile.