Mandalay, empieza nuestra aventura en Myanmar

31 mayo, 2014 a las 6:02
U Bein´s Bridge

U Bein´s Bridge

Como adelantábamos en nuestro artículo sobre Lombok y la bonita Gili Air, desde Bali cogimos un vuelo a la fascinante Bangkok. Es, junto con Kuala Lumpur, la ciudad más cómoda para solicitar visados si se está viajando por sudeste asiático y a nosotros además esta ciudad nos encanta, así que fue un placer pasar unos cuantos días disfrutando de nuevo de la comida y la amabilidad tailandesa.

Buscamos un alojamiento en la zona de Silom (célebre por el ambiente nocturno y los espectáculos de ping-pong) porque la embajada de Myanmar se encuentra muy cerquita y podíamos ir andando. Nos habían aconsejado ir bastante pronto porque se forma mucha cola y a las 12 cierran aunque haya gente esperando, así que nos plantamos allí a las 8am (abren a las 9am) ¡y ya había gente esperando!

Al haber ido tan pronto y con todo preparado no tardamos ni 10 minutos en hacer la solicitud. Al día siguiente cuando lo fuimos a recoger no fuimos con antelación y había mucha cola, pero la cosa va muy rápido en la recogida y en 20 minutos ya teníamos nuestro visado en la mano ¡yujuuuu!

Por si lo necesitáis, aquí os dejamos más información sobre cómo pedir la visa de Myanmar en Bangkok.

Embajada de Myanmar en Bangkok

En la embajada de Myanmar en Bangkok

Aprovechamos la estancia para volver a recorrer Chinatown de noche, a comer un Pad Thai en la movida Khao San, subimos al Cloud 47 a tomarnos una cerveza con vistas a precios más que aceptables, nos reencontramos con Jordi, el chico que conocimos el año pasado en Tad Lo (Laos) que ahora, después de 15 meses viajando, ha decidido establecerse en Bangkok por un tiempo… Disfrutamos muchísimo de nuestro nuevo paso por la ciudad, a pesar del calor aplastante durante el día.

Grand Palace Bangkok

Palacio real de noche

Comida callejera en Bangkok

Disfrutando con Jordi de la comida callejera de Bangkok

Cloud 47, Silom

Tomando una cerveza con estas vistas

Además de arreglar el visado, cambiamos dólares nuevecitos en la casa de cambio ¨Super Rich¨ (tienen muy buenas tarifas y ya saben cómo tienen que ser los dólares para ir a Myanmar, podéis consultar su web) y buscamos un sitio para dejar una de las 2 mochilas grandes el tiempo que íbamos a pasar fuera, ya que íbamos a volver a Bangkok y nos sobraban kilos. Como en nuestro guest house nos cobraban y en otros sitios no aceptaban maletas de gente de fuera del establecimiento, se nos ocurrió reservar ya el hotel de la vuelta (al ser la última noche de viaje decidimos darnos un capricho y reservar uno con piscina) y dejar la mochila directamente allí. Funcionó.

Para ir al aeropuerto de Don Muang no se puede ir con el tren City Line como al de Suvarnabhumi, y aunque habíamos leído que se puede ir en varios buses públicos (nº29 y H1 entre otros) e incluso en el imprevisible tren que va hacia el norte del país, las estaciones no nos quedaban claras y además estaban lejos. Nos pareció un poco arriesgado así que al final para curarnos en salud pagamos por un taxi (350thb, 7,80€, casi 45 minutos). A la vuelta y sin nada que perder ya probaríamos con el transporte público…

Llegamos al pequeño aeropuerto de la polvorienta Mandalay y fuimos tan pardillos que no nos enteramos de que había un bus gratuito de la compañía Air Asia que te lleva al centro de la ciudad (a 45 minutos). Nos enteramos cuando ya estábamos subidos en un taxi compartido porque el que pagamos 4.000kyats cada uno (3€) eso sí, el taxi nos llevó a la puerta del hotel que le dijimos.

La ciudad nos recordó a Camboya, el mismo estilo de edificios y calles de asfalto y tierra, pero los precios sin embargo nos recordaron más a Londres… ¡cómo se pasan! El gobierno (que por cierto ostenta el récord de políticas en contra de los derechos humanos) mete mano en todo, ha establecido por ley unos precios para turistas y otros para locales y un 10% de los beneficios de hoteles y guest houses van para él. Además, las entradas para ver sitios históricos/naturales son $5 más caros este año (¡$5 más de un año a otro!)

Pero no sólo eso, estos precios están subiendo como la espuma:  en blogs del año pasado donde los precios ya eran de por sí elevados comparados con los países vecinos, este año son en realidad entre $5 y $10 más (unos $20-$25 por habitaciones que no tienen nada de especial).

Pero si los precios del alojamiento nos parecieron una barbaridad, cuando nos enteramos de lo que pedían por taxis y otros transportes privados para llevarte a los alrededores, alucinamos. Por ejemplo, para ir al célebre U Beins Bridge que queda a 11km de Mandalay, ¡pedían $35! (24€) Nosotros fuimos en bici por 1,13€.

La culpa de los precios la tiene en parte el Gobierno, pero la gente que se dedica al turismo también. Tienen mucho morro y no sólo piden barbaridades sino que mienten mucho respecto a los horarios de bus locales para que contrates lo que ellos venden. Nos habían hablado de lo maravillosa que era la gente en Myanmar y es cierto que la mayoría de la gente es maravillosa (la que no se dedica directamente al turismo), pero hay que reconocer que los hay que, aunque muy atentos y serviciales, tienen muy mala uva. Por la indignación generalizada que hemos visto en el ambiente al juntarnos con otros viajeros, predecimos que de tanta avaricia van a acabar con el turismo como no se relajen. Tiempo al tiempo. Tenemos en mente escribir un artículo al respecto en un futuro.

Tras este inciso, seguimos con nuestra historia, jejeje

Nos decidimos por el hotel Garden, cometiendo el error de pedir una habitación con ventilador (como hemos hecho siempre), sin tener en cuenta que el sofocante calor de Myanmar en esta época del año (y casi en cualquier época) no iba a dejarnos pegar ojo. Al día siguiente, después de ir con nuestras bicis a ver al amanecer al puente de U Bein y volver para desayunar, pedimos que nos cambiaran a una habitación con A/A por la friolera de $22.

En el Hotel Nylon cuestan $20 pero el dueño es un impresentable, cuando le dijimos que el aire no funcionaba, nos dijo que nos podíamos cambiar de habitación pagando más y cuando le dijimos que no era culpa nuestra que no funcionara el aire y no íbamos a pagar nada más, nos dijo que entonces nos podíamos ir si queríamos. Cuando vio que, efectivamente, nos íbamos, nos dijo que vale, que nos dejaba la otra habitación por el mismo precio. Demasiado tarde, nos fuimos.

El mencionado puente de U Bein se encuentra en el pueblecito de Amarapura, es famoso por ser el puente de teka más largo del mundo con 1,2km. Para sacar fotos especialmente bonitas lo ideal es ir al amanecer o al atardecer (como siempre) y nosotros, que ya estamos acostumbrados a esto de madrugar para ver paisajes bajo los primeros rayos de luz, nos plantamos allí a las 5:30am, después de una hora de bici. La mala suerte que nos acompaña últimamente para estas cosas quiso que estuviera nublado así que el espectáculo no fue el esperado aunque eso sí, tuvimos el puente para nosotros solos, ni un turista. Al parecer si vas al atardecer tienes que coger turno para hacer fotos sin que salgan hordas de extranjeros de fondo.

U Bein Bridge

¨Recibe calurosamente y cuida de los turistas¨

U Bein´s Bridge

Monjes en U Bein´s Bridge

U Bein´s Bridge

Una mirada lo dice todo

Amarapura

Monjes recogiendo comida al amanecer

En general, el puente a nivel visual no nos pareció taaaan espectacular como nos esperábamos por lo que habíamos leído en guías y blogs (sería quizá por la luz del nublado amanecer), pero no le quitamos la importancia de contar con más de 200 años sobre sus cansados 1060 tablones de teka. Lo recorrimos de arriba a abajo cruzándonos con monjes, pescadores, aldeanos haciendo gimnasia, vendedores de verduras en bici… fue, cuanto menos, especial.

Aprovechamos las bicis para dar una vuelta por la ciudad evitando las horas de más calor de mediodía. El monumento principal es el ¨Palacio y Fuerte de Mandalay¨ pero no entramos porque a pesar de que el tamaño del Palacio parece que impresiona, a nivel arquitectónico y artístico no tiene mucho que ofrecer para los $10 que piden por él (tampoco queremos dar ni un duro al gobierno birmano), así que nos acercamos a la zona baja del Mandalay Hill en la que visitamos el Sandamuni Paya, Kuthodaw Paya y el monasterio Shwenandaw Kyaung.

Kuthodaw Paya

Pagoda en Kuthodaw Paya

Kuthodaw Paya

En Kuthodaw Paya

Mandalay Hill

Mandalay Hill

Monasterio Mandalay

Monasterio en Mandalay

Lo cierto es que Mandalay no es una ciudad muy cómoda para visitar; las distancias son enormes, la ciudad es polvorienta, cruzar la calle (a pie o en vehículo) es todo un reto y al sol parece un horno, por lo que reservamos nuestra energía en Mandalay para visitar las vecinas Mingún y Sagain, pero os hablaremos de ella en el próximo artículo. Ahora toca descansar :)