Kong Lor, perdidos en medio de Laos

30 septiembre, 2013 a las 13:43
Arrozales Kong Lor

Disfrutando de las vistas

Para ir de Vientiane a Kong Lor, nuestro siguiente destino, teníamos que ir hasta la terminal sur de Vientiane (no queda en el sur, pero desde aquí salen todos los buses hacia el sur del país) a la cual se va por 3.000 kips con el bus público número 29 desde la estación que hay en el centro de la ciudad, junto al mercado (a la que se puede llegar caminando desde la zona de guesthouses). Desde allí, existe un bus directo a Kong Lor (80.000 kips) que hace un precioso trayecto de unas 6 horas atravesando arrozales, montañas y bordeando, como no, el río Mekong.

El motivo principal de nuestra visita a Kong Lor era conocer el río subterráneo navegable del mismo nombre que hay a 1 kilómetro de la aldea y que se extiende unos 7.5 kilómetros, pero nos llevamos mucho más con la experiencia.

Al llegar a la aldea nos dejaron en un guesthouse bastante barato pero habíamos leído que en Kong Lor es buena idea alojarse en un homestay así que nos echamos a caminar en busca de uno. Un homestay es una casa de madera básica y muy humilde en la que una familia te aloja con ellos y te da de comer. En nuestro caso nos prepararon con mucho esmero un colchón en un rincón del ¨salón¨ separado por una cortina, con una mosquitera por encima (precio 50.000 kips por persona = 4.80€).

homestay de Kong Lor

Nos alojó una adorable pareja de unos 70 años (es difícil saber la edad de esta gente) con la que tuvimos la oportunidad de conocer mejor cómo se vive en una aldea rural de Laos, rodeados de naturaleza, arrozales, cerdos, gallinas, con el único ruido de los animales y los niños jugando. Viven con muy poco pero la comunidad comparte todo y cada uno tiene su papel en las tareas comunes, nadie pasa hambre y nunca dejan de sonreír, todo un ejemplo.

homestay

Con los dueños del homestay

Nos dieron la cena a las 18:30 (verdura y ternera salteada con arroz glutinoso) así que nos fuimos prontito a dormir, aunque el ruido de los grillos e insectos no nos lo puso fácil. Al día siguiente, a las 7 de la mañana nos sirvieron nuestro desayuno, un mega plato de arroz con tortilla y huevo frito. ¡Genial para empezar el día con fuerzas!

desayuno homestay Laos

Con el desayuno en el homestay

Una hora y algo después, nos presentamos en la entrada del parque natural en el que está la cueva (2000 kips/persona la entrada) y pagamos el barquito (sólo caben 5 personas máximo y dos son los que reman) que nos llevaba al otro lado de la misma y volvía (110.000 kip/barco para 2 personas).

Entrada a Kong Lor

Entrada de la cueva vista desde fuera

Tras ponernos los chalecos salvavidas y sacar las linternas nos pusimos en marcha. Según la Lonely Planet se trata de una espeluznante cueva con estalactitas y estalagmitas cuyo techo alcanza alturas de hasta 100 metros en algunos tramos, pero la verdad es que no sabemos si esto es cierto ya que no se veía un carajo.

Entrada cueva Kong Lor

Entrada de la cueva

Con la luz de las linternas y el eco más o menos se intuye la inmensidad de la cueva y hay una parte que haces a pie en la que se pueden ver algunas formaciones de cerca (con las linternas), pero en general vas a oscuras y es imposible sacar una buena foto.  La cueva tiene un sistema de iluminación que financió la región Rhône-Alpes de Francia en 2009, pero que evidentemente no se usa, aunque desconocemos el motivo.

En las aproximadamente 2 horas y media que dura el recorrido lo mejor es sin duda la entrada a la cueva, el recorrido a pie y cuando llegas al otro extremo de la cueva y aparecen delante las inmensas y verdes montañas kársticas que dominan toda esta región del centro de Laos. El barquito hace un pequeño recorrido por el río, para hacer un descanso y vuelve por donde ha venido.

Barca río Kong Lor

Montañas kársticas vistas desde la barquita

barca por el rio

A pesar de salir algo decepcionados de la cueva, todo el viaje mereció la pena gracias a los preciosos paisajes y la experiencia de pasar la noche en el homestay.

Aldea de Kong Lor

pesca kong lor

Niña pescando la cena en un charco

El mismo día que visitamos la cueva, continuamos rumbo hacia el sur, esta vez hacia la ciudad de Thakhek donde descansar unos días. Intentamos hacer autostop recordando los viejos tiempos en Argentina, pero no hubo éxito (los únicos que se paran en Laos son para hacer negocio…) así que nos subimos en un incómodo sohngtaew (lleno con los 6 ó 7 turistas que estábamos en Kong Lor) que hace el recorrido en 4 horas…

Con el culo plano llegamos por fin a Thakhek y fuimos directos al guesthouse más barato que salía en la guía, donde terminamos el día compartiendo unas cervezas y unas cuantas historias con nuestros compañeros de viaje. Un día intenso y feliz…