Hue, la ciudad imperial pasada por agua
Llegamos al centro de Hue a mediodía y enseguida encontramos una habitación buena, bonita y “barata“ en el flanco sur de la ciudad, el área donde se concentran la mayoría de alojamientos, bares y restaurantes. Nos decidimos por una habitación doble con A/A, agua caliente y tv por $8 (6,15€) en un hostal en el que, además, ¡el personal era amable! toda una novedad en Vietnam… Esto no quita que intentaran vendernos sus tours, evidentemente, pero por lo menos aquí lo hacían con algo más de ¨tacto¨.
Estábamos impacientes por conocer una ciudad que, según la guía, es ¨el corazón intelectual, cultural y espiritual de Vietnam¨, así que en cuanto dejamos las cosas salimos a pasear para empaparnos de este ambiente que a priori parecía tan bohemio.
No hicieron falta ni 30 minutos para darnos cuenta de que estábamos ante otra decepción respecto a la Lonely Planet (y de que la persona que escribió la parte de Hue le da a las drogas duras) porque la ciudad, además de ser algo gris y feucha, no tiene nada de cultural, artístico, intelectual o como lo quieran llamar.
Lo que sí es cierto es que cuenta con algunas ¨perlas¨ arquitectónicas de importancia, como la tumba imperial del emperador Khai Dinh (a unos kilómetros de la ciudad), pero lo único que vale la pena dentro de la ciudad es la antigua Ciudad Imperial que, aunque bombardeada por los norteamericanos hasta dejarla hecha añicos, está siendo restaurada con bastante dignidad y es uno de los tesoros arquitectónicos del país.
Aunque nos habíamos librado del tifón Haiyán, en nuestra estancia en Hué nos comimos la tormenta tropical Podul con patatas, así que nuestra visita a la ciudadela fue pasada por agua, mucha, mucha agua (y una de nuestras cámaras se ahogó). La entrada cuesta 105.000d (=3,71€) el doble de lo que dice la guía y muchísimo más de lo que suelen costar los monumentos en Vietnam, pero el recinto es bastante grande y la ciudad no ofrece otra alternativa, así que recomendamos la visita, sobre todo si hace sol (cuando fuimos nosotros llovía tanto que a las 3 horas casi no podíamos ni caminar de lo que nos pesaban las empapadas zapatillas).
Al salir de la Ciudad Imperial aprovechamos para comer en un ¨restaurante¨ de comida local que resultó estar deliciosa y, como no dejaba de llover, nos pusimos unos poncho-chubasqueros de lo más sexy que nos habíamos comprado y echamos a andar hacia el hostal bajo una lluvia torrencial, para descubrir que las calles se habían convertido en ríos y el agua nos llegaba por los tobillos.
Una vez que llegamos a la habitación cancelamos nuestra cita con el couchsurfer con el que habíamos quedado porque era imposible hacer nada con ese agua y ya no volvimos a salir hasta la cena, cuando cruzamos el río que nos separaba del restaurante de la acera de enfrente, donde tuvimos el peor servicio de la historia (mucha gente se fue del restaurante sin cenar después de estar horas esperando sus platos).
Al día siguiente, aunque con menos intensidad, amaneció lloviendo otra vez así que por si acaso fuimos hasta la oficina de la compañía de autobuses para cambiar el billete a Hanoi que habíamos cerrado para esa misma noche porque, aunque queríamos continuar hacia el norte cuanto antes, no nos fiábamos ni un pelo de coger un bus nocturno después de ver cómo se había inundado Hue.
Cuando llegamos a la agencia (atravesando algunas calles todavía inundadas), con la amabilidad que caracteriza a los vietnamitas dedicados al turismo, no nos quisieron cambiar los billetes y nos mandaron a quejarnos a otra parte. No nos quedó más remedio que subirnos al bus nocturno rumbo a Hanoi esa misma tarde.
La suerte quiso que a las 8 de la mañana, después de uno de los trayectos más incómodos de todo el viaje, llegáramos a Hanoi, dormidos, pero sanos y salvos. Los de ¨sanos¨ no iba a durar mucho tiempo, pero ese ¨traspiés¨ lo contaremos en el siguiente artículo: Hanoi, la capital.
De momento, seguíamos buscando el perfume de la rosa…
Jooo, parece que Vietnam, no os está gustando demasiado. Qué pena!!
Qué ganas de veros y nos contéis. Ahora nos resultará más fácil organizar cualquiera de nuestros viajes con vuestra experiencia.
Por cierto, ha salido edición nueva de lonely planet de sudeste asiático, jejeje
Ha pasado algo en algún tobillo, con algún “traspié”?
Muchos besicos a los dos
Sí que nos está gustando Laura, pero nos ha costado encontrar la “magia¨, que está en el norte!! Las últimas semanas han sido increíbles, llenas de grandes experiencias, por fin. Iremos contando cuando podamos, porque no hemos parado estos días y ahora nos toca preparar India (Hong Kong gracias a los couchsurfers lo tenemos ya arreglado)
Besicos!!!
PD: Me torcí el tobillo al llegar a Hanoi y no he podido recuperarme muy bien la verdad porque justo estos días hemos estado de aquí para allá, pero bueno, no duele y poco a poco espero que se acabe de ¨apañar¨ jejeje
Bueno, estas aventuras tampoco están mal siempre que no haya desgracias.Vosotros de momento vais saliendo airosos de casi todos los tropiezos. Hablando de tropiezos, que pasa con el esguince, espero que te lo hayan solucionado con la medicina oriental, porque esto si que es un contratiempo y mas en un viaje como el vuestro con tanto ajetreo.Besos y que te cures pronto.