Hoi An, una rosa sin perfume

17 noviembre, 2013 a las 11:55
Japanese bridge

El puente japonés es la principal atracción en el Casco Histórico de Hoi An

Como ya adelantamos en el artículo anterior, el bus nocturno tarda 12 horas en recorrer los tan solo 300km que separan Nha Trang de Hoi An, algo inexplicable. Cuando llegamos a la ciudad a las 7 de la mañana, ya nos estaban esperando (cómo no) una docena de locales ofreciéndonos sus moto-taxis para ir a sus ¨very cheap¨ hoteles. Como de costumbre, aceptamos ir a ver uno de los hoteles por $8 (6,15€) que quedaba en el centro, con la sorpresa esta vez de que cuando aceptamos quedarnos en el hotel, ¡los motoristas nos hicieron pagar la carrera en moto! De pronto vimos en ellos una malicia a la que hacía tiempo que no estábamos acostumbrados.

Ni siquiera habíamos preguntado antes de subirnos a la moto porque siempre, siempre, te llevan gratis, es la condición que te dan como cliente potencial. Esto nos recordó, por un lado, que nunca puedes bajar la guardia y por otro, viéndolo con perspectiva, era un indicio de lo que nos esperaba en Hoi An, como explicaremos más adelante.

Una vez instalados fuimos a dar una vuelta por el casco histórico y la verdad es que nos impresionó mucho, no nos esperábamos encontrar algo taaan bonito. Hoi An, situado en la desembocadura en el mar de China del río Thu Bon, fue durante los siglos XVI y XVII un puerto clave en el comercio de cerámica con China y de aquella época conservan numerosas construcciones históricas, casas, templos y pagodas, perfectamente restaurados. El casco antiguo, con su bonita y homogénea arquitectura en ocre y madera, es completamente peatonal, no se escucha ni un remoto ruido de motor, sólo música, por lo que se respira una tranquilidad que parece detener el tiempo.

Casco histórico de Hoi An

Centro de Hoi An

Pinceladas de Hoi An

Rikshaws en Hoi An

El puente peatonal de Hoi An

Para visitar los numerosos puntos de interés que salpican el centro, venden un pack de 5 tickets por 120.000d (4,24€) que te permiten entrar en los 5 lugares que tú elijas. Para el puente cubierto japonés no hace falta pagar (menos mal). Nosotros elegimos visitar: Templo de la congregación china de Fujian, la casa Tan Ky, la capilla de la familia Tran, el templo Quang Cong y el museo de comercio de cerámica.

Assembly Hall of the Fujian Chinese Congregation

Templo de la congregación china de Fujian

Tan Ky House

Erik nos saluda desde el puente cubierto japonés

No sabríamos decir si merece la pena o no porque la mayoría de sitios se ven en 5 minutos, sólo en dos hacen una breve introducción histórica (y sólo lo hacen porque al acabar te pasan por la tienda de souvenirs) y visto un sitio, vistos todos. Lo ideal sería que te dejaran pagar por separado… pero así aprovechan y sacan más dinero. Segundo indicio de lo que explicaremos más adelante.

Un poco más tarde ese día descubrimos que si Hoi An es precioso de día, de noche llega a emocionar. Con la caída del sol, los locales cuelgan cientos (o miles) de farolillos de colores de los porches, los árboles, los puentes, los barcos… iluminando las calles con una luz tenue multicolor que se refleja en el pausado río. Impresionante.

Por desgracia, no conseguimos fotos mejores de noche :(

A unos 3km del centro hay también un par de playas kilométricas que están muy bien como alternativa a los paseos culturales por Hoi An. Nosotros alquilamos una moto por $5 (más otros $10 extra que nos timaron en la gasolinera ¡aggggg!) y nos fuimos hasta Da Nang (lo único que le vimos interesante fue una playa inmensa, pero no muy distinta de las de Hoi An) pasando por las Marble Mountains y sus diferentes cuevas (nosotros no subimos a la cima, nos decidimos por entrar a una cueva alternativa). Es decir, además del bonito centro de Hoi An los alrededores ofrecen buenas alternativas si lo que apetece es salir de excursión.

Playa de Quảng Nam, Hoi An

Ngu Hanh Son

Subiendo en Ngu Hanh Son

Tallados en las paredes de la cueva Ngu Hanh Son

Entra la luz en Ngu Hanh Son

Peeeero (y aquí viene lo que hemos ido anticipando) toda esta belleza del casco antiguo no deja de ser un tanto superficial. Si lo que se espera es tener un contacto real y espontáneo con la gente local, este no es el sitio (o por lo menos el barrio) donde buscarlo.

En las calles del casco histórico sólo hay tiendas de preciosa artesanía (¡no te olvides sacar todas tus armas en el arte del regateo!), bares de ambiente occidental (aunque puedes encontrar comida vietnamita, no lo harás a precio local), souvenirs y sastres (que cosen trajes de estilo oriental para turistas), ningún comercio donde compraría un local y de los postes de la luz cuelgan altavoces con música clásica que si bien es muy agradable mientras paseas, da una sensación de parque temático un tanto artificial.

Estilo de los comercios en el centro histórico de Hoi An

Restaurante en la orilla del río Thu Bon

Cada 15 pasos se te acercan locales con una sonrisa desmedida, interesándose por tu vida, repitiéndote las mismas preguntas en inglés, uno detrás de otro: ¨¿Hola qué tal estás?¿De dónde eres? ¿Cuándo has llegado a Hoi An? Te invito a visitar mi tienda de ropa, sin compromiso. Te hago buen precio…¨ Algo similar ocurre con las enjutas ancianas (a las que parece pesarles tanto los años como los cestos de fruta que acarrean) que con una simpática sonrisa desdentada te ofrecen su fruta; y si no quieres, lo siguiente que te ofrecen es hacerse una foto contigo, a cambio con una propinilla, claro está.

Esta falsa actitud de interesarse por tu vida hasta que ven que no te pueden sacar dinero se ve en los camareros, los barqueros, los taxistas, los conductores de moto-taxi, los vendedores ambulantes de velas de la suerte, vendedores de dulces… todo y todos están preparados y entrenados para el turismo (y el dinero) en Hoi An. 

Cualquier establecimiento, incluso el más destartalado (que suelen ser los que más nos llaman la atención) ¡te piden que les dejes un comentario en Tripadvisor!

En definitiva, Hoi An hay que verlo (sin duda) y en Vietnam se nota que están más ¨avanzados¨ en el sentido de que cuidan las ciudades y lugares turísticos, eso está bien, pero de momento el país nos está pareciendo una rosa sin perfume, muy bonita pero a la que le falta autenticidad, quizá porque están demasiado centrados en el turismo o quizá porque no hemos sabido buscar los lugares donde conocer a locales que no se preocupen tanto de los turistas, sino de vivir su vida tranquilamente. De momento mañana hemos quedado con un couchsurfer, así que todo puede cambiar, ya veremos…

Próximo capítulo: la imperial Hué.