Delhi, llegamos a la capital de India

9 diciembre, 2013 a las 8:25
Victory Tower, Delhi

Torre de la Victoria, en Delhi

El avión de Hong Kong nos dejó en el aeropuerto de Delhi a las nueve de la noche, pero por suerte el conductor que habíamos concertado con el hostel ya nos estaba esperando. Hay conexiones de metro entre el centro de Delhi y el aeropuerto, pero sin conocer la ciudad, sin saber cómo llegar desde el metro al hotel y siendo de noche, preferimos pagar las 500r (6€) por la recogida.

De camino al hostel y desde el coche pudimos hacernos una la idea de lo diferente que iba a ser India: tráfico caótico, celebraciones con música y baile en medio de la calle, gente sentada comiendo en las aceras, vacas, suciedad, muchos colores… todo muy folclórico e impactante.

Nos tumbamos en la cama del Hostel New King (habitación doble con baño por 400r=4,76€) y sin ni siquiera cenar, nos quedamos dormidos mientras la música india de la calle entraba por la ventana.

Altar en Delhi

Un altar a la puerta de nuestro hostel en Delhi

Al día siguiente la idea era ir a Agra directamente y a pesar de que nos habían dicho en varias ocasiones que lo mejor era ir a la oficina de turismo oficial porque eran muy malas fechas para reservar billetes de tren por tu cuenta (incluso le oímos decir a una guiri que ella no había podido reservar), cogimos un tuk-tuk para comprobarlo por nosotros mismos en la estación.

El conductor del tuk tuk resultó ser otro liante que acabó llevándonos a esta ¨oficina de turismo oficial¨ que no resultó ser otra cosa que una agencia de viajes del Gobierno (según dicen ellos), pero una agencia que gana dinero al fin y al cabo.

No queríamos entrar pero la tozudez india resulta de lo más pesada, así que acabamos sentados delante de un trabajador de la oficina que nos empezó a enseñar en la web de los ferrocarriles del gobierno la lista de espera que había para los principales destinos del país, evidentemente nos enseñó el listado de la categoría que le dio la gana, pero consiguió asustarnos un poco diciendo que si no reservábamos con tiempo no íbamos a encontrar billetes etc…

El tema es que nosotros somos más bien de decidir de un día para otro adónde vamos y reconocemos que para la India no habíamos tenido tiempo de planificar mucho así que (resumiendo), dado el escaso tiempo que teníamos en India (¡3 semanas no es nada!) acabamos comprando con ellos los billetes de tren (y algunos ¨extras¨ que se empeñaron en incluir en el lote), después de que nos hicieran la ruta más eficiente según los destinos que les dijimos que queríamos visitar.

A partir de ahora llamaríamos a esta acción: la turistada. Pagamos una pasta (para ser la India) por ganar tiempo y comodidad, algo que no habíamos hecho en 11 meses. Para que os hagáis una idea del nivel de la ¨turistada¨, pagamos 260€ (cada uno) por lo siguiente:

* City Tour por Delhi ese día
* Taxi a la estación esa noche
* Tren nocturno a Jodhpur (en litera de 2ª clase)
* 1 noche de hotel más desayuno en Jodhpur (el hotel estaba muy lejos del centro)
* Coche privado de Jodhpur a Udaipur (suponemos que no habría trenes, no lo sabemos)
* 2 noches de hotel con desayuno en el centro de Udaipur (este sí que estaba muy bien)
* Tren Udaipur – Jaipur (2ª clase con A/A, demasiado A/A diríamos)
* Tren Jaipur – Agra (no sabemos qué clase era, pero nos dieron agua y desayuno)
* Tren nocturno Agra – Varanasi (en litera de 2a)
* Tren Varanasi – Satna – Bus a Kajuraho
* Tren Kajuraho – Jhansi
* Tren Jhansi – Goa
* Tren Goa – Mumbai

¿El error? Pensar en euros. Los hoteles no los queríamos (pero no había forma de que nos vendieran sólo los trenes) y los trenes en India son muy baratos, pero pensamos que en euros no era tanto y nos solucionaban el tema de pensar la ruta, buscar horarios, reservar con tiempo… en fin, no es que nos arrepintamos porque en definitiva nos ha venido bien (y no ha sido un timo en plan ¨se han fugado con nuestro dinero¨, simplemente hemos pagado precioturista), pero nuestra conciencia mochilera no nos dejó dormir bien en 2 días.

Hecha la ¨turistada¨, salimos a descubrir Delhi con el conductor privado que nos iba a hacer el tour por la ciudad, bastante majo por cierto, nos explicó que en India todo el mundo trabaja 100% por comisión, incluso él y quien nos dijera lo contrario miente. Bastante honesto por su parte.

Delhi nos pareció, desde el coche, una ciudad imposible. Debido al tráfico y las distancias, empleamos todo el día para ver dos monumentos (Lotus Temple y Torre de la Victoria, muy chulos), comer (en un sitio carísimo en el que el chófer se llevaba comisión, como no) y pasar por un bazar de telas (también con comisión, claro).

Victory Tower

Victory Tower

Victory Tower

Erik en el recinto de la Torre de la Victoria

Torre de la Victoria, en Delhi

Típica foto…

 

Victory Tower

Torre de la Victoria

Lotus Temple

El Lotus Temple, por su forma de flor de Loto, se creó como espacio de oración para TODAS las religiones

Por la tarde-noche nos llevó a la estación para coger el tren nocturno a Jodhpur y el atasco era tal que tuvimos que bajarnos del coche y caminar los últimos 10 minutos con cuidado para que nadie nos atropellara.

Llegamos a la estación y en seguida anunciaron nuestro tren. Se suponía que era el vagón-litera A1, pero el letrero luminoso que indicaba A1 nos llevó a meternos en un vagón que parecía la puerta a una pesadilla: un espacio abarrotado de gente en la que no cabía el aire, a oscuras (no había ningún tipo de iluminación), sin ventana, sólo unas rejas… intentamos abrirnos paso a tientas entre la multitud, con las mochilas a la espalda chocándonos con todo y todos, mientras buscábamos nuestro asientos con la tenue luz del móvil (todavía no entiendo cómo un tipo fue capaz de encontrar mi culo y darme un pellizco).

Cuando ya se nos estaba pasando por la cabeza bajarnos e ir a quemar la agencia de viajes, el karma quiso que un amable señor nos preguntara en qué vagón teníamos los asientos, cuando le dijimos el A1 nos indicó que ese quedaba más 2 o 3 vagones más atrás. Nos bajamos respirando aliviados, pero con incredulidad y pena después de ver la forma inhumana en la que se permite viajar a la gente en este país (en serio ¿ni siquiera se puede permitir el gobierno poner una bombilla en estos vagones?)

Efectivamente, nuestras literas estaban un par de vagones más atrás, donde nos esperaba nuestro juego de sábanas, almohadica y manta. Tras pasar una buena noche mecidos por el traqueteo del tren, aunque con algo de frío (ponen en A/A a tope) a las 8am llegamos por fin a Jodhpur, la Ciudad Azul.