Cebú, viajando súper ligero
Llegamos a Cebú después de 20 horas de viaje, con una cómoda escala en Singapur (el aeropuerto tiene butacas, tv, internet, baños pulcros…) La primera sorpresa fue que la mochila de Erik no había llegado con nosotros. Enseguida se acercaron para atendernos y gestionar el incidente, pero ya desde el principio nos olimos que no tenían ni idea de dónde estaba la mochila, aunque insistían en que llegaría en el vuelo del día siguiente.
Con poquísima confianza y un jet lag de la muerte nos fuimos a buscar un taxi, ya que el transporte público es algo complicado para llegar a Cebú City desde el aeropuerto (hay que hacer tres transbordos) y no había ninguna gana. Para ir en taxi al centro, no hay que coger los taxis que hay en la puerta de ¨Llegadas¨ porque cobran una bajada de bandera más cara (70p=1,15€), si cruzas al edificio de enfrente (¨Salidas¨) hay una parada de taxis blancos a la derecha donde cobran la bajada de bandera normal (40p=0,66€)*.
El taxi nos llevó al Cebu Guest House, en la av. Mango 211, es el más barato que encontramos en internet, aunque de barato no tiene nada (¡bienvenidos a Filipinas!), 10€ una habitación doble sin baño y sin desayuno. La verdad es que, aunque la Avenida Mango no es ninguna maravilla (está llena de tráfico, como todo Cebú), por lo menos el guest-house es tranquilo, queda cerca de restaurantes, bares, bancos, supermercados y del mega centro comercial Ayala a 15 minutos andando.
Está en la frontera entre los llamados ¨uptown¨ (zona alta) y ¨downtown¨ (centro) pero con el Jeepney 04C** se llega por 8p (0,13€) al centro histórico en 15 minutos. Además, tiene wi-fi, cocina comunitaria y zonas comunes para conversar en las que es muy fácil conocer gente.
Nosotros hicimos enseguida muy buenas migas con Fernando, un asturiano medio maño de adopción (¡viaja con un cachirulo en la mochila!) que se ha recorrido ya más de medio mundo. Con él compartimos muy buenos ratos además de una cerveza típica de Filipinas: la San Miguel (manda narices). Además, Fernando le dio a Erik la posibilidad de cambiarse de camiseta después de casi 72 horas, ¡mil gracias por el detalle!
Cebú en sí no tiene gran cosa para hacer, en el centro hay unos cuantos lugares históricos muy próximos unos a otros, como la basílica del Santo Niño, la Cruz de Magallanes, el Fuerte de San Pedro o el mercado del carbón pero para visitarlos hay que tragar humo y tráfico así que muy agradable para pasear no es.
En esta zona el alojamiento es más barato, pero según las guías la higiene brilla por su total ausencia y la zona es bastante caótica. Creemos que es mejor alojarse en el ¨uptown¨ y bajar de visita al centro, ya que se está más tranquilo y queda más cerca de las estaciones de bus y del aeropuerto.
Cuando ya habíamos decidido irnos a Malapascua sin mochila nos llamaron del aeropuerto diciendo que habían localizado la mochila en Singapur. No tenía puesta la etiqueta y por eso no la habían subido al avión a Cebú. Llegaría al día siguiente. En fin, un día más en la caótica Cebú, ya le estábamos cogiendo cariño y todo..
Tras otro viaje al aeropuerto recogimos la mochila (¡oeoeoe!) y, cuando ya nos despedían sin más, les dijimos que queríamos una compensación (otro señor al que también le habían perdido la maleta se fue sin rechistar…) y nos dieron 2,200p (36€) que es el máximo que da esta compañía por retraso (por persona). Cubría los gastos que habíamos tenido esos días así que no discutimos más y en vez de quitarnos un peso de encima, nos lo pusimos, más contentos que unas castañuelas.
Hay que mencionar que la resolución de problemas en temas de equipaje en Filipinas ha sido 50 veces más efectiva que en Nueva York, viaje en el que en 12 días no apareció nuestra maleta y la recogimos a la vuelta en Barcelona, aunque gracias a aquel incidente aprendimos a ¨viajar ligero¨.
En el siguiente artículo os hablaremos por fin de Malapascua y el proyecto.
¡Un abrazo a todos!
Llamadas:
* Desde el aeropuerto al guest-house la carrera en taxi cuesta 200p (3,26€, unos 35 minutos de camino).
** Los jeepnies son unos psicodélicos minibuses abiertos por la parte trasera, de muchos colores, que sirven de autobús público. Suelen costar entre 8 y 10 pesos y son muy divertidos. Eso sí, ojo que hay bastantes robos en ellos.
Irresistibleeee!
Por fin os volvemos a ver perfectamente y la gran alegria de la mochila que la verdad hay veces que el no ir “”ligero de equipaje”” os llenaría de tranquilidad. Ya nos ireis contando vuestra nueva aventura y espero que os vaya tan bien como durante todo este año pasado. Cuidaros mucho y muchos besos a los dos. Charo.
Que tranquila me he quedado cuando comentais que ya os han entregado la mochila.Hubiera sido una faena no haberla encontrado. De nuevo con vuestras aventuras, pero en Malapascua ya será otra cosa aunque no deja de seguir siendo una vida aventurera. Que os vaya muy bien de nuevo y que no dejéis de enviarnos vuestras noticias que nos encanta recibir.Mua, mua.
Bueno,veo que habeis llegado a vuestro destino;con algun contratiempo,como el de la mochila.A partir de ahora deso que todo os vaya bien. Hasta vuestra proxima conexion.BESOS
Que todo salga bien por Malapascua,y que podais ayudar al que lo necesita!!!!
¡Qué chulos los jeepnies! ¡Vaya ruedas! Me quiero subir a a uno
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