¿Aburrirte en Bangkok? ¡Imposible!

27 agosto, 2013 a las 10:42
Wat Pho, templo del Buda reclinado

Buda reclinado de 45 metros. Impresionante

Bangkok es otra de esas arrolladoras ciudades que nunca duerme. Aunque puede resultar estresante algunas veces, es mucho menos caótica de lo que esperábamos y ofrece TODO tipo de actividades a cualquier hora del día.

El autobús desde Chumphon (a donde llega el barco de Koh Tao) nos dejó en Bangkok a las 5:30am. Adormecidos y algo desorientados (no sabíamos dónde estábamos ni adónde teníamos que ir) nos juntamos con un chico vasco que tenía un mapa y en dos minutos a pie aparecimos en Khao San, la calle de marcha por excelencia para turistas (aparte del barrio rojo).

Preguntamos a un policía y resultó que de pura casualidad estábamos justo al lado del guesthouse que habíamos reservado para ese día, así que nos despedimos del chico vasco (del que nunca supimos el nombre), atravesamos los humeantes puestos de comida callejera, las luces de los bares, los estudios de tatuajes y algunos grupos de turistas trasnochados y embriagados por el alcohol en compañía de señoritas de dudoso género (suponemos que por la mañana más de uno se llevaría un susto) y nos plantamos en el New Joe Guesthouse, que no es ninguna maravilla, pero es el más barato de la zona, la ubicación es buena y para un par de noches no está mal.

Por suerte nos dejaron entrar en la habitación a pesar de lo temprano que era y tras una apabullante primera impresión de la ciudad, pudimos descansar unas cuantas horas antes de ponernos en pie de nuevo y empezar a explorarla.

Por la mañana descubrimos que si Khao San es un torbellino de noche, no lo es menos durante el día. Dado que se ha convertido en todo un reclamo turístico, por la mañana la calle se llena de puestos de comida, chiringuitos de ropa y de documentación falsa, de agobiantes taxistas y conductores de tuc-tucs y, por su puesto, de turistas.

Khao San, Bangkok

Zona de Khao San, Bangkok

Para explorar algo más cultural, cerca de Khao San (nosotros lo hicimos caminando) se pueden conocer los siguientes templos:

Wat Arun (Templo del amanecer), el más fotografiado de Bangkok, es un bonito templo budista decorado con coloridas piezas de cerámica. Está en la margen izquierda del río Chao Phraya pero se puede cruzar fácilmente desde la ribera oriental en un barco que sale del muelle número 8 y cuesta 6B i/v. La entrada al templo cuesta 50B, aunque nosotros entramos gratis :P

Wat Arun, Bangkok

Wat Arun, Bangkok

Wat Arun, Bangkok

Wat Arun, Bangkok

Wat Arun, Bangkok

Wat Arun, Bangkok

Wat Pho (templo del Buda reclinado), uno de los más antiguos y grandes de Bangkok en el que se puede ver un impresionante Buda reclinado (la posición antes de alcanzar el Nirvana) de 45 metros de largo (la foto que abre este artículo corresponde al Buda). La entrada cuesta 100B aunque nosotros encontramos sin querer cuando ya nos íbamos una entrada que han dejado libre (sin puertas, ni vigilancia, ni taquillas…) por el sur. No está bien colarse en recintos sagrados, pero ahí dejamos la opción…

Wat Pho, templo del Buda reclinado

Wat Pho, templo del Buda reclinado

Templo Buda Reclinado

Wat Pho, templo del Buda reclinado. Hacía mucho calor al sol…

Wat Pho, templo del Buda reclinado

Tumbas en Wat Pho

Wat Pho, templo del Buda reclinado

Wat Pho, templo del Buda reclinado

Wat Phra Kaeo (templo del Buda Esmeralda), no lo visitamos porque está muy saturado de turistas, cuesta 500B y mucha gente nos dijo que es un templo muy bonito, pero un templo más al fin y al cabo.

El Metallic Castle y el Golden Mount, templos menores pero que, si sobra tiempo, no está mal dejarse caer por allí.

Esta zona (Khao San y alrededores) no está conectada con otras zonas de la ciudad por metro, aunque las opciones para moverse no son pocas: barcos hacia el norte o sur, buses (de frecuencia impredecible), tuc-tucs (turísticos pero pintorescos), moto taxis (perfectas para esquivar el congestionado tráfico, pero son sólo para una persona) y la opción más barata después de ir a patita, son los taxis que, sorprendentemente, son igual o más baratos que coger el metro si eres más de una persona, comprobado.

Nosotros cogimos un barquito (está muy bien porque disfrutas de las vistas a lo largo del río) para ir a Chinatown, un barrio que, aunque no difiere mucho de otros chinatowns del mundo, es uno de los más concurridos, excitantes y terriblemente agotadores.

Chinatown, Bangkok

Chinatown, Bangkok

Lo mejor es visitarlo por la tarde-noche, cuando los letreros de neón llenos de indescriptibles kanjis iluminan la calle principal, Yaowarat, como si fuera Las Vegas en Navidad. Lo mejor de la zona son los puestos callejeros de comida, pero también sorprenden los escaparates de las farmacias de medicina oriental, las tiendas repletas de extravagantes cachivaches dorados, divertidas ofrendas funerarias y, muy a nuestro pesar, aletas de tiburón servidas como carísimas delicatessen.

Puestos en Chinatown, Bangkok

Otro de los días lo dedicamos a visitar embajadas, concretamente las de Vietnam y la India. En la primera, a pesar de que tuvimos que pagar más de lo esperado por la visa, todo fue rápido, en la segunda sin embargo, tuvimos que ir 2 veces y para nada ya que, aunque lleves tu formulario descargado de internet y rellenado por ti, siempre encuentran algún fallo para rellenártelo ellos y cobrarte por el servicio (150B cada uno), además, tienes que rellenar otras hojas que no están en la web (te las dan allí) por las que te cobran, en nuestro caso, 400B por 4 folios; además, claro, del precio de la visa: 2100B (en total 126€ por entrar al país). Nos pareció una tomadura de pelo el tema de que rechacen el formulario para hacértelo ellos y el precio de las fotocopias así que al segundo intento fallido decidimos intentarlo en Camboya, ya que todo el mundo nos ha dicho que allí es más fácil, ya os contaremos.

Después de 3 días en el guesthouse de Khao San, nos mudamos de barrio, esta vez a casa de Christopher, un simpático couchsurfer norteamericano de origen coreano que, a sus 25 años, habla unos 9 idiomas y por lo tanto se ha convertido en nuestro ídolo :)

Nuestro anfitrión vive cerca de Sukhumvit, una zona más financiera y comercial en la que los grandes centros comerciales y negocios de lujo se codean con puestecillos de comida local, mercados a precios ridículos y máquinas para rellenar tus botellas con agua potable por 1 Bath el litro (0,02€). Son las cosas que hacen de Bangkok una ciudad tan increíble.

Máquina de agua, Bangkok

Máquina de agua, Bangkok

Por esta zona hicimos window-shopping en los centros comerciales de Paragon y Emporium, nos tomamos un respiro en el parque Benjasiri (un pequeño remanso de paz dentro de la ciudad) y la noche antes de volar a Singapur (para hacer un paréntesis y volver a Tailandia con otros 30 días de visa), nos fuimos al estadio de Lumphini para ver una mítica pelea de Muay Thai. 

Benjasiri park

Parque Benjasiri, Bangkok

Ver Muay Thai puede resultar aburrido si los luchadores no tienen mucho nivel por lo que de las 5 peleas que vimos, sólo dos tuvieron algo de emoción, pero vivir el ambiente del estadio rodeados de señores tailandeses apostando como locos increíbles cantidades de dinero, no tiene precio (en realidad sí, 1000B=25€ en 3ª clase, es lo más barato que puede conseguir un turista, no hay forma de regatear a no ser que compres entradas en el ring, ni de que un local te compre las entradas, lo tienen muy controlado).

Parque Lumphini, Lumpinee

Lumphini Park, Bangkok

Lumphini Stadium, Bangkok

Erik en el Lumphini

Lumphini Stadium, Bangkok

Lumphini Stadium, Bangkok

En resumen, Bangkok es una ciudad fascinante en la que el bullicio de los vendedores ambulantes, la música de bares y restaurantes 24 horas, los negocios de masajes, los olores de los puestos de comida, los coloridos tuc-tuc, el estresante tráfico… se entremezclan con la tranquilidad de los templos, las calles peatonales, las travesías por el río, los parques… Si pasas por Bangkok, déjate llevar unos días por su energía, no te arrepentirás.

Próximo capítulo: Singapur, el lujo asiático.